El hábito del coffee “to go”, propio del consumidor norteamericano, se ha instaurado perfectamente en el público local.
El café "to go" (para llevar y tomar mientras se camina) es una moda importada que suma cada vez más adeptos y la necesidad de los cafés de adaptarse. Comenzaron las cadenas internacionales y luego se sumaron las locales.
Cada vez es más frecuente que el consumidor pida su café para llevar. Lo que se veía como una costumbre clásica de las películas norteamericanas ahora se volvió una postal más de la Ciudad. El boom de los sabores gourmet. Los tiempos cambiaron y, cada vez más, los minutos de los porteños valen oro. De esta manera, sentarse a disfrutar de un café pasó a ser un lujo del que no todos disponen.
En busca de diferenciarse y sumar a aquellos adeptos que andan a las corridas por las calles, los cafés porteños se adaptaron a los tiempos actuales y proponen el servicio para llevar. La propuesta es trasladarse con la bebida en envase térmico y descartable.
Nada mejor que pensar en una película yanqui para entender de qué se trata la tendencia que desembarcó hace pocos años en la Argentina e invadió las cadenas de cafés de la Ciudad.
“El hábito del coffee “to go”, propio del consumidor norteamericano, se ha instaurado perfectamente en el público local. Creemos que nuestro concepto está siendo muy bien aceptado, especialmente por consumidores ocupados que prefieren detenerse a comprar un café y tomarlo camino a sus trabajos a tener que esperar el servicio de mesa”, señaló Diego Paolini, Gerente General de Starbucks Coffee Argentina, una cadena oriunda de los Estados Unidos que desembarcó hace casi dos años en el país y se caracteriza por ofrecer este tipo de servicio.
Según explicó Paolini, cada vez son más los porteños que se suman a la tendencia y “esto se debe a que al argentino le gusta adoptar cosas nuevas, siempre y cuando, sean de calidad”.
La propuesta no sólo llegó de la mano de empresas extranjeras como Mc Donald’s. También invadió a marcas nacionales como Havanna o Café Martínez, que incorporaron el servicio.
Muchos porteños optan por beber el café en el comercio y luego, si ven que el tiempo apremia, llevarse el resto para el camino. Otros, directamente compran el café camino al trabajo y lo beben cuando llegan a la oficina, en vez de sentarse a disfrutarlo en el lugar.
“Aunque no podemos dejar de mencionar que vemos que el mercado ‘Al paso’ está creciendo y no se superpone con el cliente actual de ‘pocillo’, se incorpora un nuevo consumidor un poco más joven, que es quien está ávido de este tipo de productos innovadores”, señaló Lucila Cabello, gerente de marketing de Café Martínez, quien además aseguró que el líder “indiscutido” entre las preferencias de los consumidores aún es el “Clásico Pocillo”.
Balcarce, a través de sus locales de café, es otra de las empresas que este año impulsará esa modalidad de café para llevar con nuevas propuestas y envases, tal como adelantaron sus responsables a Gastronomiconet durante reciente la exposición Franquicias y Negocios.
Los días de semana son los de mayor consumo y la mañana es la hora privilegiada. Todos los negocios que ofrecen el servicio tienen similares características. Ofrecen vasos descartables y térmicos de entre dos y tres medidas, bases para llevarlos junto a azúcar y cuchara y en algunos casos una bolsita. Es un packaging especial y a los negocios les sirve para potenciar la marca.
Del lado del cafetín más tradicional, el encargado de la mítica La Biela, Carlos Gutiérrez García, afirma: "Al argentino le gusta sentarse a la mesa, que lo sirvan. El café lo toma sentado. Sólo los turistas extranjeros compran para llevar".
"Hay gente que viene de paso, por la mañana, y se lo lleva a la oficina. Es que necesitan el café para despertarse un poco", dice Pablo Gómez, encargado de The Coffe Store, del dique 1 de Puerto Madero.
El gerente de segmento de negocios de McDonald s, Christian Davio, opina que la tendencia va ir creciendo, pero no en los niveles de otros países. "Por ahora, el 95% del consumo se produce dentro del local", asegura.
También en el interior
“No tiene uso masivo, pero bastante gente lo consume. Acá al menos 15 ó 20 personas por día se llevan un café al trabajo y pasa a ser parte de la rutina de las cosas que hacen en la mañana en el centro”, explica Gustavo Caleau, encargado de un Café Martínez en la capital mendocina.
“Para nosotros es otro canal de venta y beneficia al negocio. Aunque Mendoza es más tranquila que Buenos Aires, no todos andan corriendo ni desayunando mientras caminan”, afirma Diego Cantore de una local de Havanna de la misma ciudad.
Gastronomiconet.com
Argentina
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