Con la de hoy, esta columna cumple cuatro años que, vistos desde la comodidad y la pausa de la retrospectiva, permiten establecer una línea de tiempo en esta etapa final de una de las décadas más interesantes y prolíficas del quehacer gastronómico en nuestro país desde un punto de vista identitario y muy asociado a la industria de la restauración y su crecimiento. Este servidor tomará vacaciones y por las siguientes dos semanas la columna no saldrá, pero no deseo hacerlo sin comenzar a calentar el ambiente ante un evento que se avecina y, que en lo particular, me emociona por tocar la fibra que resume los sueños profesionales y de marca-país por los que he vivido y trabajado.
II
II
Del 28 al 31 de Octubre se realizará en la ciudad de Caracas la novena edición del Salón Internacional de Gastronomía. Se trata del congreso gastronómico más longevo y consolidado de los tantos que en la última década han venido sucediéndose en las diferentes regiones de nuestro país. Gracias a la impronta y al legado de su fundador, Ben Amí Fihman, desde sus espacios una generación importante de venezolanos ha podido ser testigo de la evolución de la cocina y de la enología tanto en el plano global como nacional. Uno de los grandes aciertos del SIG ha sido dotar cada año al salón de un lema lo suficientemente poderoso como para que quienes allí exponen traten de mantener la filosofía de sus presentaciones en el marco de ese leitmotiv y el de este año es “En busca del Dorado”, indudablemente se explica por sí solo.
Dentro de la extensa y muy variada grilla de expositores ya confirmados para participar en esta edición, creo honestamente que uno de los puntos emocionantes se dará el Viernes 29 de Octubre a partir de las 9 am: Hablo de la presentación que hará el colectivo de cocineros que se arropa bajo la asociación civil Venezuela Gastronómica.
Actualmente la presidencia rotativa de la asociación está en mis manos y por ello evidentemente intentar un ejercicio periodístico que narre la naturaleza de la presentación de manera aséptica obviamente es imposible. Lo intentaré, pero perdonen mis posibles deslices: Venezuela Gastronómica es de las cosas más bonitas que me han pasado.
III
La asociación Venezuela Gastronómica fue creada por un grupo cercano a la treintena de soñadores, y está conformada por cocineros, panaderos, pasteleros, periodistas e historiadores. Fundamentalmente es una peña de viejos amigos con muchas ganas de trabajar por la promoción gastronómica del país, que simplemente le dieron carácter legal a lo que en la práctica eran sueños individuales esbozados en tertulias de fin de semana y vino. Dentro de sus muchas actividades, han realizado dos eventos llamados “Capítulos” (Caracas 2009 y Barquisimeto 2010) en sendos teatros. Se trata de jornadas de varias horas en donde se van sucediendo conferencistas, productores industriales y artesanales, investigadores, garantes de acervo y cocineros, en una puesta en escena multimedia y particularmente dinámica, que ambas veces ha dejado en el ambiente un profundo orgullo y amor por lo que está pasando en el país en el plano gastronómico.
Es para nosotros un gran honor (amén del compromiso) haber sido invitados por los organizadores del SIG Caracas 2010 para que nos presentemos. Estaremos ese día desde la 9 de la mañana y por 6 horas en una carpa con capacidad para 250 personas, llevando a cabo la jornada que hemos llamado “Viaje al Dorado por una Venezuela Gastronómica”. Nuestra intención es mostrarle al público, usando los testimoniales de los mismos protagonistas, el avance asombroso que hemos logrado en el país a nivel gastronómico gracias a nuevos valores, escuelas de cocina, productos emblemáticos, libros escritos y sobre todo legado. Creemos que se trata de dos décadas que nos prepararon para un verdadero punto de inflexión en donde ha cambiado el gran entramado de paradigmas que permiten establecer un verdadero proceso de resistencia cultural ante la andanada globalizadora, que se construyó silenciosamente, paso a paso, por años. Venezuela Gastronómica quiere ser el vehículo para que nombres anónimos o conocidos reciban la ovación de pié que hace rato les adeudamos.
Queremos, sobre todo, que ese día salgamos con la sonrisa a flor teniendo la certeza de que ya
no hay que seguir buscando al Dorado, ¡Siempre estuvo acá!
Sumito Estévez
Caracas – Venezuela.
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