Con casi 20 años de existencia,
Carlitos Gardel se perfila como un referente de la cocina argentina en la meca
del cine. Nació como un emprendimiento familiar
fruto de la necesidad y sus creadores quieren continuar de esa manera.
Cualquiera que visite Los Ángeles
tiene la secreta esperanza de toparse en la calle con algún actor o actriz
famoso, aunque la mayoría debe conformarse con tomarse una fotografía con la
copia de cera de su artista favorito en el museo Madame Tussauds del Paseo de
la Fama.
En mi caso, a los pocos días de
llegar a la ciudad como corresponsal de BBC Mundo, tuve mi primer encuentro con
una celebridad. ¿Quién espera salir de casa para comprar leche y ver en el
restaurante de la esquina a uno de los directores de cine europeos de más
prestigio?
El director en cuestión era el
español Pedro Almodóvar y el local en el que estaba cenando era el restaurante
Carlitos Gardel, que en sus cerca de dos décadas de existencia se ha convertido
en uno de los referentes de la cocina argentina en la meca del cine.
Acabé la noche entablando
conversación con el dueño del lugar, quien me dijo que Almodóvar es sólo una de
las muchas estrellas del mundo del celuloide que en los últimos años se han
sentado a la mesa del Carlitos Gardel.
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