El consumo bajo a moderado de alcohol, especialmente de vino tinto, es bueno no sólo para el corazón de las mujeres, sino también para su cintura, de acuerdo a un nuevo estudio. La investigación comenzó analizando a casi 20.000 mujeres delgadas de mediana edad y mayores.
En el tiempo, las que bebieron alcohol con moderación engordaron menos y fueron menos propensas a tener sobrepeso que las no bebedoras, aun tras considerar su estilo de vida y alimentación.
El vino tinto fue el que mejor resultados dio para mantener el peso bajo control, comparado con el vino blanco, la cerveza y otras bebidas alcohólicas.
"Los resultados demostraron que las mujeres de mediana edad y mayores con peso normal que consumen cantidades bajas a moderadas de alcohol podrían seguir haciéndolo sin engordar más que aquellas que no beben alcohol", explicó a Reuters Health Lu Wang, de la División de Medicina Preventiva de Brigham and Women's Hospital, en Boston.
Varios estudios previos habían sugerido que el consumo moderado de alcohol, es decir, una o dos copas por día, puede ser un hábito saludable, en especial para el corazón, a diferencia del consumo excesivo.
El nuevo estudio, publicado en Archives of Internal Medicine, es el primero que examina la relación entre el consumo de alcohol de una persona con peso normal y el riesgo de aumentar de peso.
Todas las participantes tenían más de 39 años al inicio del estudio.
El 38 por ciento dijo que no bebía alcohol, el 33 por ciento aseguró que tomaba menos de 5 gramos por día (una copa contiene unos 10 gramos), el 20 por ciento consumía entre 5y 15 gramos por día, el 6 por ciento entre 15 y 30 gramos por día y el 3 por ciento 30 gramos o más, o sea de dos a tres copas por día o más.
En 13 años, la mayoría de las participantes aumentó de peso. Pero las no bebedoras fueron las que más engordaron, mientras que ese incremento disminuía a medida que se elevaba el consumo de alcohol.
Las mujeres que no bebían engordaron unos 3,63 kilos, a diferencia de los 1,55 kilos que aumentaron las consumidoras de 30 gramos o más de alcohol por día.
Durante los 13 años que duró el estudio, el 41 por ciento de las participantes pasó a tener sobrepeso u obesidad. Las consumidoras de 15 a 30 gramos diarios de alcohol fueron las que menos riesgo tuvieron de tener sobrepeso u obesidad, un 30 por ciento menos que las no bebedoras.
Wang dijo que una mujer delgada que no bebió alcohol tuvo un 43 por ciento de posibilidad de tener sobrepeso u obesidad en 13 años, mientras que se riesgo cayó al 33 por ciento si bebía entre 15y 30 gramos por día.
Las mujeres que más alcohol bebían tendían a ser más activas, a pesar levemente menos al inicio del estudio y a ser fumadoras con respecto al resto de las participantes.
De todos modos, la relación entre el consumo de alcohol, el poco aumento de peso y el riesgo de engordar (sobrepeso u obesidad) se mantuvo tras considerar todos esos factores de riesgo.
Eso sugiere que el alcohol afectaría de manera independiente al peso corporal más allá de su relación con la alimentación y el estilo de vida.
Existen varios motivos por los que el alcohol ayudaría a controlar el peso, dijo Wang a Reuters Health. En el estudio, las que más alcohol consumían comían menos, especialmente carbohidratos, lo que ya habían identificado otros trabajos.
Existen varios motivos por los que el alcohol ayudaría a controlar el peso, dijo Wang a Reuters Health. En el estudio, las que más alcohol consumían comían menos, especialmente carbohidratos, lo que ya habían identificado otros trabajos.
Asimismo, está demostrado que las mujeres tienden a gastar más calorías después de beber alcohol, aun más que las calorías que aporta la bebida. "El consumo de alcohol regular en cantidades bajas a moderadas induciría la pérdida neta de energía en las mujeres", finalizó Wang.
FUENTE:
Estudio Ricardo E. Brizuela
Diario del Vino
Archives of Internal Medicine
Argentina.
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