Hola amigos, nos vamos de compras. Hoy me apetece algo de carne. Visito a mi carnicero y me ofrece costilla de cerdo, la veo, tiene buena presencia, está fresquísima y además el precio es muy bueno. Con la costilla se me ocurre que puedo hacer un buen plato principal y quedar como un rey. Además del cerdo, del que hasta los andares nos gustan y que desde las orejas al rabo todo es bueno, necesito unas patatas, miel, tomillo, ajos y vino blanco. ¿Veis que sencillo?, ya hemos hecho nuestra compra.
He comido esta parte del cerdo varias veces y me doy cuenta de dos cosas: en primer lugar, que la carne debe estar lo suficientemente hecha como para que se desprenda del hueso por sí sola, en segundo lugar, ese pequeño toque de miel le da un puntito de dulzor, que en contraste con la carne amortiza la parte grasa, que no suele ser mucha pero a la hora de su elaboración es necesaria porque aporta jugosidad. La patata es siempre muy bien acogida con muchísimos platos y por supuesto con este.
Buen provecho amigos y a recibir aplausos.
Ingredientes. Para 4 personas:
600 gr. de costilla de cerdo.
1 rama de tomillo (preferiblemente fresco hoy es fácil de encontrar).
1 cucharada sopera de miel.
2 dientes de ajos sin pelar y aplastados.
100 gr. de vino blanco.
4 patatas pequeñas, peladas y cortadas en rodajas.
Sal
Aceite
Ponemos el horno a 180º de temperatura y seleccionamos la opción que nos indique todas las paredes del mismo. En una bandeja de horno ponemos la costilla, le ponemos un poco de sal (ojo con la sal), la rama de tomillo y los dientes de ajos. Le añadimos un poquito de aceite por encima (casi barnizar), la introducimos en el horno durante aproximadamente una hora. Debemos controlar bien la temperatura. De vez en cuando abrimos el horno y con la ayuda de una cuchara recogemos los jugos que se van desprendiendo y la bañamos por encima. A mitad del tiempo diluimos la miel en el vino blanco y se lo añadimos a la costilla, también le ponemos las patatas alrededor para que se hagan a la vez.
Finalizado el tiempo, comprobamos el punto de la costilla, la sacamos del horno, le damos unos cortes entre los huesos y la servimos junto a las patatas. Recogemos el jugo de la bandeja, lo pasamos por un colador y lo acompañamos con el asado.
Daniel García
Bilbao – España.
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